Morelos, Donde se respira la primavera todo el año
En el centro del país, donde la sierra comienza a descender en su paso hacia el mar, se extiende la tierra fértil del estado de Morelos. En las zonas más altas, donde las montañas y volcanes aún rascan el cielo con sus cimas, la humedad y la neblina intensifica los olores de las hojas de pino y encino que caen de las ramas y cubren el suelo del bosque.
Más abajo, las colinas y valles regados por ríos, lagos y manantiales de agua fría se transforma en un estallido de color. Flores moradas, rosas, blancas, azules y amarillas visten las copas de los árboles, y palmas de hojas brillantes beben los rayos del sol que calientan el aire. Por la noche, los grillos cantan desde las ramas de tabachines de pétalos rojos que parecen de fuego a la luz de la luna.
Numerosos caminos serpentean por los cerros sembrados de maíz y llevan a los viajeros hasta las antiguas ciudades en las que nuestros ancestros construyeron imponentes templos y palacios de piedra, observatorios y plazas donde prosperaron los reinos del pasado. No muy lejos, conventos e iglesias de muros gruesos llevan los nombres de los santos traídos de España, a quienes honramos en las fiestas.
Esos días, las calles de nuestros pueblos se llenan de gente que se reúne a ver las danzas tradicionales. Los trajes coloridos resaltan los movimientos cuidadosamente ejecutados por los bailarines, narrando historias y leyendas.
Nos encantaría compartirlas contigo, ven a descubrir nuestros paraísos.